¡Mi Esperanza! Cuánto quisiera ser grande para estar a la par de ella. Sin embargo, soy yo quien la cuida y le describo el mundo que ella no conoce fuera del basurero. Porque ahí es donde vivimos. Somos quienes recolectan la basura de los ciudadanos de la pequeña ciudad de Melaza, Colombia. Mientras el país tiene centrada su esperanza en el venerado futuro presidente de la nación, Jorge Eliecer Gaitán, yo vivo por mi Esperanza quien no solo hace honor a la teología de tan divina virtud, ya que es ella quien tiene el poder de atenuar los abusos del borracho de mi padre y de mi arduo trabajo. En mis 12 años de edad, solo he visitado la ciudad para ayudarle a papá a vender en las chatarrerías la mercancía útil que yo recojo del basurero. Mientras que ella nunca ha sentado pie en la ciudad, pero le prometí llevarla para la celebración de sus 14 años. La ciudad le mostrará la belleza que el basurero le oculta. Allá Esperanza recreará su mirada en jardines, animales de toda clase, y saboreando alimentos frescos, mientras yo contemplándola me estaré atorando de amor por ella.La ciudad le revelará a Moisés y a Esperanza, mucho más. A nivel de conciencia es que el basurero se extiende también en las mentes de las personas, como lo ejemplariza la macabra revolución en Colombia en el año 1948 que fuera llamada el Bogotazo, de lo cual el país nunca se ha podido reponer. En el plano afectivo, que el amor de una familia unida es la mejor armadura ante la maldad. En cuanto a lo inimaginable eso será el hallazgo de un portal a un mundo de seres maravillosos que solo ellos podrían salvar y así, entre todos, defender la ciudad y el resto del planeta.Esta obra está dedicada a una tía hada, Luz Ángela. Desde ahí se vislumbra ya, la magia. Esa magia que acompaña siempre a la literatura y nos inicia, en la imaginación, al viaje por los extraños y sencillos universos del lenguaje.